sábado, 22 de octubre de 2011

Actividades


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UN DÍA CERCA DEL ARROYITO
Ideal para pasar el día al aire libre, el dique Arroyito regala un singular paisaje creado por la naturaleza y por el ingenio humano.
Las represas y diques construidos sobre el curso del río Limay modificaron el paisaje árido de la estepa cambiando su forma y color. Un ejemplo de esto es el dique Arroyito, que posee aguas de un verde azulado, frondosa vegetación y variada avifauna, todo lo necesario para convertirse en uno de los lugares más vistosos de la zona.
Para llegar sólo hay que tomar la ruta 22 unos 54 kilómetros en dirección a Villa El Chocón, donde se encuentra el desvío indicado.
El vibrante turquesa de la laguna, que fue formada al extraer los materiales áridos para construir el dique, contrasta con el verde de los árboles. La biodiversidad también está representada por una considerable cantidad de patos, zorzales, calandrias, golondrinas, gaviotas, garcitas, biguás, cisnes de cuello negro y avutardas que habitan en el entorno y se prestan para los avistajes y safaris fotográficos.
El camping se encuentra en el lugar indicado, a orillas de un bonito arroyo y amparado por sauces y álamos que brindan sombra y reparo. El apacible paisaje y la infraestructura del lugar invitan a pasar el día, disfrutar de un pic nic o de un rico asado a la parrilla y relajarse. La propuesta se completa visitando la represa hidroeléctrica Arroyito, que cuenta con un embalse de 39 kilómetros cuadrados. La vista es muy atractiva y permite valorar la importancia de esta obra de ingeniería para la región.

Todo este recorrido también se puede realizar en un entretenido y desafiante circuito de mountain bike que puede programarse desde la ciudad o desde otros puntos como Cipolletti o Cutralcó.




UNA VUELTA POR EL VALLE
Recorriendo los alrededores de la capital neuquina se puede conocer diferentes atractivos que forman parte del gran valle.
En un rápido paseo se puede sospechar que, además de los atractivos urbanos y las chacras cercanas, Neuquén no posee otras lugares para conocer. Sin embargo, alrededor de la capital provincial hay varios rincones para explorar y por eso te proponemos un entrenido circuito para descubrirlos.
Primero hay que salir de la ciudad por la diagonal 9 de Julio, que nace una cuadra al norte del monumento a San Martín sobre la avenida Argentina, para tomar la ruta provincial 7. Luego de atravesar los barrios de Alta Barda y el parque industrial, en el kilómetro 8 se empieza a ver los frutales y las alamedas con sus sistemas de riego.
En el kilómetro 14 se encuentra la rotonda de acceso a Centenario, ciudad que fue fundada en 1922 y que por ese entonces se conocía como colonia Sayhueque. La pujante localidad posee una intensa actividad frutícola y agroindustrial, galpones de empaque, frigoríficos, jugueras y aserraderos en plena producción.
Cruzando el puente del río Neuquén, se va a Cinco Saltos y en el kilómetro 20 por un tramo con mucho verde a ambos lados se llega al pequeño caserío de Vista Alegre Sur. Cinco kilómetros más adelante, el camino se bifurca: se puede tomar por la izquierda, que conduce a Loma de la Lata y al lago Mari Menuco, o bien continuar hacia el dique Ballester y a Cinco Saltos.
En dirección a Loma de la Lata, se llega al lago Barreales, donde se realiza una de las
excavaciones paleontológicas más importantes de la provincia en la actualidad; además, se encuentran los diques Portezuelo Grande y Loma de la Lata que, junto a la central Planicie Banderita, conforman el área Cerros Colorados del complejo El Chocón.
Finalmente, se divisa el lago artificial Mari Menuco con sus acantilados en las costas, la planta energética y la villa veraniega que cuenta con infraestructura para recibir a las familias del valle.

Rumbo al dique Si la opción es el dique Ballester, hay que continuar por la ruta provincial 7 hasta el desvío de acceso. Este dique se levanta sobre el río Neuquén y el puente que cruza el curso tiene 400 metros de largo. Construido entre 1910 y 1916, tiene 17 compuertas en total (las cuales regulan las aguas del río) y es punto de partida de otras obras hidraúlicas en la región.

Al cruzar el puente, se pasa a la provincia de Río Negro y se divisa no sólo la boca-toma, sino también un faro y un reloj de sol. En este sector es posible acampar, pero hay que tener cuidado con el río porque es profundo y peligroso.
Después de pasar por el barrio rionegrino Barda del Medio, se puede visitar el lago Pellegrini. Para verlo hay que tomar a la derecha de la rotonda con la ruta nacional 151, entrar al pueblo de Cinco Saltos y seguir los carteles indicativos. El Pellegrini es un lago artificial de aguas verdosas que provienen del río Neuquén y su balneario se sitúa en la península Ruca Co. En este sector, hay una pintoresca villa turística y de fin de semana atravesada por una calle central con frondosos eucaliptos y residencias con playas y bajadas de lancha. Es uno de los lugares elegidos para practicar windsurf, esquí, motonáutica, remo y pesca, entre otras actividades.
De regreso en Cinco Saltos, se puede volver a la ciudad de Neuquén por la misma ruta o dar la vuelta doblando a la izquierda hacia Cipolletti primero y después cruzar el puente sobre la confluencia hasta terminar en la capital provincial.




POR LOS VIÑEDOS DEL SUR
Emblemas vitivinícolas de la Patagonia Argentina. Las bodegas neuquinas invitan a los visitantes a recorrer sus instalaciones y conocer el secreto de sus vinos.
Muy cerca del gran valle que abre las puertas a la Patagonia argentina, una pequeña localidad neuquina brinda las mejores condiciones para el desarrollo vitivinícola. San Patricio del Chañar está situado al Noroeste de la capital provincial y desde hace 5 años se ha transformado en una importante región vitícola. Su suelo pedregoso regado por las aguas del deshielo, una gran amplitud térmica, bastante viento y escasa humedad hacen que este lugar posea condiciones similares a las que se encuentran en las viñas de Bordeaux (Francia), Boomville (California, EEUU) y Asti (Italia).
Por estas razones se proyectó en San Patricio el predio Chañar III Etapa, donde se afincaron tres distinguidas bodegas patagónicas para cultivar sus nobles cepas.
Un paseo por estas bodegas y sus viñedos, que se muestran a los visitantes, permite conocer y disfrutar del espíritu del vino patagónico.
Bodega Schroeder

A 39º de latitud Sur, bajo un nítido cielo azul que brilla sobre la meseta patagónica, se extienden 110 hectáreas pertenecientes a la familia Schroeder.
En esta tierra gruesa y pedregosa crecen los viñedos de las variedades Malbec, Pinot Noir, Merlot, Cabernet Sauvignon, Chardonnay y Sauvignon Blanc, cultivados y cuidados celosamente para lograr la mejor calidad enológica.
Esta familia argentina de orígenes europeos y corazón patagónico construyó su bodega al pie de la meseta. De moderna arquitectura y con equipamiento tecnológico de avanzada, la bodega Schroeder posee un diseño que permite el aprovechamiento de la gravedad en la elaboración de los vinos, preservando su calidad y contribuyendo a una buena política ambiental.
Como parte de su especial nacimiento, en la etapa de construcción de la bodega se descubrieron restos de un dinosaurio herbívoro de más de 12 metros de longitud. El hallazgo inspiró a los Schroeder, que le dieron identidad a sus vinos con el nombre Saurus.
La línea Saurus, que se distingue por su frescura, juventud y notas frutales, se presenta en las variedades Pinot Noir, Merlot, Malbec y Cabernet Sauvignon. En sus distintas ediciones los vino Saurus han recibido varias distinciones, entre ellas la medalla de bronce del Decanter Awards 2005 para el Saurus Pinot Noir 2004, que también mereció la medalla de plata del Concurso Mundial de Bruselas del mismo año.
Con la selección de las mejores uvas, la línea Saurus Patagonia Select está compuesta por vinos Chardonnay, Sauvignon Blanc, Pinot Noir, Merlot y Malbec que en su versión 2004 ganó la medalla de oro del Internacional Wine Challenge 2005, entre otras distinciones.
El interesante recorrido por la bodega culmina en un restaurante con una hermosa vista a los viñedos, donde se pueden degustar las delicias gastronómicas acompañadas de un buen vino Saurus, claro.
NQN

En una armónica conjunción con el paisaje de la colonia frutícola del Chañar se levanta la bodega de esta joven e innovadora empresa vitivinícola, comandada por Luis María Focaccia y Lucas Nemesio.
Son 162 hectáreas plantadas con variedades finas que comprenden un complejo de excelente infraestructura y tecnología de última generación. Las cavas dispuestas en tres taludes facilitan el paso del viento sobre el edificio, protegiendo de esta manera el área de la vendimia y permitiendo el aislamiento térmico para este sector.
Las viñas se dividen en un 92% de variedades tintas: Merlot, Malbec, Cabernet Sauvignon y Pinot Noir; y en un 8% de blancas: Sauvignon Blanc y Chardonnay.
Con la filosofía de crear vinos patagónicos que sean reconocidos en todo el mundo, NQN desarrolla cinco líneas: Colección NQN, Malma Reserva, Malma y Picada 15. La marca Malma, que lleva como nombre la palabra mapuche que significa “orgullo”, expresa la esencia de esta bodega. Y para dar fe de este nombre, NQN ostenta varios vinos premiados, entre ellos el Malma Malbec Reserva 2004, recientemente distinguido en el concurso Mediterranean International Wine Challenge, Terravino 2006.
Desde su inauguración, las bodegas NQN reciben al público en general y brindan, a través de guías turísticas, una completa visita a toda la bodega, pasando por todo el proceso de producción de los vinos. Asimismo, en época de vendimia se organizan salidas especiales a los viñedos para que los visitantes participen de la cosecha.
Luego de conocer todas las áreas de esta magnífica bodega, en la planta alta se encuentra el Malma Resto Bar, un lugar que sintetiza con estilo la imagen de NQN y que, además de sus vinos, ofrece platos con sabores patagónicos de la mano del chef Matías Nuñez.

Bodega del Fin del Mundo
Es la bodega pionera en Neuquén, la que inició las plantaciones vitivinícolas en el valle, por el año 1999. En 2002, después de tres años de desarrollo, sacó su cosecha número uno de producción experimental que no salió a mercado. Hoy, con 850 hectáreas, sus viñedos están compuestos en un 85% de variedades tintas, entre ellas: Cabernet Sauvignon, Malbec, Merlot, Pinot Noir ySirah; y en un 15% de cepas blancas: Sauvignon Blanc, Chardonnay, Semillón y Viognier, entre otras.
El moderno establecimiento, que consta de 4 módulos, fue puntero en incorporar la última tecnología utilizada en la elaboración de vinos. Además de sistema de canales y de un preciso riego por goteo, posee 202 tanques de fermentación y 1.820 barricas de roble francés y americano que permiten producir más de 4 millones de litros por año y se proyecta duplicar este volumen al finalizar la construcción del 4º módulo.

Con un estricto control de calidad, esta bodega elabora 5 líneas de vinos: Ventus, Postales, Newen, Reserva del Fin del Mundo y Special Blend, muchos de ellos galardonados en el país y en el exterior. Entre las distinciones, el Special Blend 2003 recibió la medalla de plata y el Malbec Reserva Fin del Mundo 2003 la medalla de oro en el Concurso Mundial de Bruselas 2005 y en el Internacional Wine Challenge 2005.

El impulso que llevó a esta bodega a ser la primera en la Patagonia se marca en su fuerte perfil exportador y en los viñedos experimentales que cultivan un prometedor futuro.

Sin duda, visitar la Bodega del Fin del mundo permite conocer parte del espíritu emprendedor que se refleja en sus vinos.


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